Para conseguir una piel sana, se requiere de varios elementos en el día a día
Limpieza facial dos veces al día, hidratación de la piel acompañada de antioxidantes tópicos, protección solar diaria y en las noches productos que disminuyan el envejecimiento, las pigmentaciones y la opacidad de la piel.
Complementando con buenos hábitos alimenticios y del sueño, no fumar, evitar el estrés y ejercicio en forma regular.
La importancia de tener una piel saludable se ve reflejada en el papel que tiene ella para protegernos del sol, propiedades de barrera contra las agresiones del medio ambiente, evitar que se deshidrate, con humectantes ricas en acido hialurónico y elastina lo que ayuda a aumentar la cantidad de colágeno.
Evitar la aplicación de productos no recomendados por médicos especialistas que pueden irritar y agredir la piel
Oxigenar la piel con ejercicios faciales y con una buena salud metal y emocional